martes, 7 de octubre de 2014

UNIDAD II ENERGIA

ENERGIA

El término energía (del griego ἐνέργεια enérgeia, ‘actividad’, ‘operación’; de ἐνεργóς [energós], ‘fuerza de acción’ o ‘fuerza trabajando’) tiene diversas acepciones y definiciones, relacionadas con la idea de una capacidad para obrar, transformar o poner en movimiento

Es la capacidad de realizar un trabajo. A pesar que existen varias formas de energía: química, luminosa, mecánica, etc. , solo hay dos tipos básicos:
  • Potencial: es la capacidad de realizar trabajo como resultado de su estado o posición. Puede estar en los enlace químicos, en un gradiente de concentración, en un potencial eléctrico, etc.
  • Cinética: es la energía del movimiento, puede existir en forma de calor, luz, etc.
En términos bioquímicos, representa la capacidad de cambio, ya que la vida depende de de que la energía pueda ser transformada de una forma a otra, cuyo estudio es la base de la termodinámica. Sus leyes son aplicables a los sistemas cerrados o aislados, es decir aquellos que no intercambian energía con el medio que los rodea; las células son sistemas abiertos, o sea pequeñas partes de un sistema cerrado mayor. Las leyes de la termodinámica expresan:
  • 1º Ley: en un sistema aislado la energía no se crea ni se destruye, puede ser transformada de una forma en otra.
  • 2º Ley: no toda la energía puede ser usada y el desorden tiende a aumentar, lo que se conoce como entropía.

La energía metabólica o metabolismo es el conjunto de reacciones y procesos físico-químicos que ocurren en una célula. Estos complejos procesos interrelacionados son la base de la vida a nivel molecular, y permiten las diversas actividades de las células: crecer, reproducirse, mantener sus estructuras, responder a estímulos, etc

Las necesidades energéticas de cada persona dependen del consumo diario de energía, y aquí hay que tener en cuenta dos componentes. Por un lado, está la energía que se gasta para mantener las funciones básicas como la respiración, el bombeo del corazón o para que órganos como el hígado, el cerebro o los riñones estén en funcionamiento. A esto se le denomina energía basal, y en condiciones normales suponen el 60 o 70 % de gasto total del organismo. En épocas de crecimiento, lactancia y embarazo es más elevada porque hay que sumar la energía que se utiliza en la síntesis y formación de nuevos tejidos. Y no olvidemos el gasto de energía que se produce al ingerir los propios alimentos y poner en marcha los procesos de digestión, que viene a suponer un 10% del gasto total.
Por otro lado, está la energía que se consume durante la actividad física y diaria, es decir, el desgaste energético que realizamos durante el trabajo, en el colegio, al trasladarnos sobre todo si lo hacemos a pie, la energía que nuestro cuerpo también destina a funciones intelectuales, y la energía que perdemos cuando realizamos algún deporte o actividad física.
Es prácticamente imposible hacer una estimación exacta del gasto energético que realiza una persona, sin embargo la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha calculado que las necesidades energéticas diarias de una persona en edad escolar son de 50 kilocalorías por cada kilo de peso. Según las OMS, para un varón adulto se establece un aporte calórico de 2000 a 2500 Kcal/día y para las mujeres de 1500 a 2000 kcal/día. Estas necesidades disminuyen a medida que nos hacemos mayores, y aumentan en épocas de crecimiento y también en épocas de embarazo y lactancia.

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